LA FAMILIA BOMBAL
Basado en el libro Historias de Familias de Jaime Correas
En las primeras décadas del siglo XVIII, en la ciudad francesa de Limoges, nació Jean Bombal. Siendo ya oficial del ejército francés, llegó a Buenos Aires. Aquí se casó con María Sastre Lynch, una muchacha de alta sociedad con la cual tuvo un hijo: Juan, quien hacia 1760 se radicó en Mendoza.
Juan Bombal casó en 1779 con Isabel Valenzuela. Del matrimonio nacieron 4 hijos, el menor de los cuales, Ignacio, se casó en 1887 con Ramona Ugarte. Además fue teniente segundo de las Milicias de Caballería de Mendoza en 1813. Tuvieron 6 hijos. El quinto, Domingo, con el tiempo sería un influyente personaje de la política mendocina.
Domingo Bombal Ugarte
Nació en Mendoza y fue nada menos que 11 veces gobernador de la provincia entre 1863 y 1890.
Domingo Bombal tuvo una intensa actividad pública. En el terremoto de 1861 falleció su primera mujer, Nemesia Videla, con quien tuvo 3 hijos varones: Domingo, Jorge e Ignacio. Sus hijas mujeres fallecieron en el desastre junto a su mujer.
Seis años después del terremoto, Domingo casó en segundas nupcias con Delfina Obredor, con la que tuvo 3 hijos: Ricardo, Pedro y Elvira.
Uno de los hijos del primer matrimonio de Domingo Bombal, Ignacio Bombal Videla, casó en 1887 con Lucila Barrionuevo Pescara. De la unión nacieron Domingo Lucas y María Mercedes. El doctor Ignacio Bombal fue juez, camarista y senador. Murió joven y su mujer se hizo cargo de los negocios familiares.
Lucila Barrionuevo Pescara de Bombal
Fue un personaje extraordinario. Nació el 8 de julio de 1869, en Guaymallén, en el lugar donde en la actualidad funciona el colegio Murialdo -en terrenos que ella misma donara a los padres Josefinos-. Vivió en la calle Catamarca 156, pero su residencia principal estaba en Rodeo del Medio.
Doña Lucila gestionó ante las autoridades eclesiásticas la fundación de un colegio religioso para niñas. En 1901 donó un terreno de 45 hectáreas que incluía la casa de sus abuelos. Allí se instaló la Congregación de las Hermanas de María Auxiliadora y el colegio Don Bosco.
Una vez construida la nueva casa y luego de bautizarla San Ignacio en memoria de su marido, doña Lucila partió hacia Europa a buscar la mejor educación para sus hijos. Domingo Lucas ingresó al aristocrático colegio de Eton, en Londres, y su hermana María Mercedes en un colegio religioso de la misma ciudad. Luego Domingo Lucas completaría sus estudios en Cambridge.
Corría 1907 y Lucila apesadumbrada por la muerte de su hija su hija María Mercedes, decidió que Domingo Lucas permaneciera en Londres al tiempo que ella volvía a su casa de Rodeo del Medio. En 1925, por su labor con los humildes, el Vaticano decidió condecorar a doña Lucila con medalla de oro, diploma y título de nobleza de la Santa Sede. Para recibir la distinción viajó a Roma y fue recibida por el Papa Pío XI.
Fue Lucila Barrionuevo de Bombal quien inició el negocio vitivinícola en la familia. En 1914, junto a Pedro Bombal Obredor, medio hermano de su marido, fundó una bodega con la razón social Bombal, Melero Rodríguez y Compañía. Las marcas de los vinos fueron Bristol, Bombal y algunos años después Chateau d’Ancón.
El dinero nunca faltó en la casa de Lucila, la caridad tampoco. “Cuando su abuela, doña Escolástica Hilarnes, donó dos casas colindantes en la Ciudad de Mendoza para la fundación del colegio Don Bosco, Lucila la acompañó en las diligencias. Esa experiencia la indujo para que ofreciera 30 hectáreas de terreno cultivable en su heredad de Rodeo del Medio para que religiosos de la Congregación Salesiana fundaran un colegio de agricultura, lo que se concretó en 1901 bajo el nombre de Colegio Vitivinícola Don Bosco”, aseguró a Diario UNO el director del Centro Cultural Rodeo del Medio, Rubén Peruzzi.
Doña Lucila donó su casona en Villa Nueva para la construcción del colegio Leonardo Murialdo, una de las decenas de contribuciones que realizó generosamente a la sociedad mendocina a lo largo de sus 85 años. Doña Lucila fallece el 22 de mayo de 1955; sus restos descansan en la capilla de María Auxiliadora, en Rodeo del Medio.
Domingo Lucas Bombal
Apenas regresó de Inglaterra en 1917, Domingo Lucas Bombal, que había nacido en Mendoza el 18 de octubre de 1892, se hizo cargo de los negocios familiares. Estos eran cuantiosos y con el tiempo comprendieron, además de la bodega, grandes extensiones de tierras en Mendoza, Santa Fe y San Luis. En 1919 nació en Santa Fe un pueblo que en la actualidad lleva el nombre de Bombal.
En Tupungato, Bombal tenía importantes propiedades: Ancón y las estancias de La Carrera y Las Cuevas. Los tres campos sumaban 45.000 hectáreas. También las termas de Los Molles les pertenecieron. En La Carrera se criaba hacienda: ovejas, caballos y mulas. En Las Cuevas se elaboraba el queso Tupungato, del cual se producían en 1929, 80.000 kilogramos, con la leche que daban las vacas Friburgo. En Ancón proliferaron los nogales y castaños. En esa propiedad se construyó el Chateau d’Ancón, una edificación que es verdaderamente un “castillo”, construida con todo el refinamiento imaginable como residencia familiar veraniega.
Domingo Lucas Bombal conoció en París a Katherine Harrison West, y más tarde se casó con ella.
Además de sus negocios en Mendoza, tuvo en Poitiers, Francia, una fábrica de máquinas de escribir y de coser Celtic. Además, tenía en París una mansión en la Avenida Jena, cerca del Arco del Triunfo, en la que había importantes obras de arte.
Del matrimonio con Katherine Harrison West, Domingo Lucas tuvo dos hijas: Lucila Isabel y María Lorine.
Lucila Isabel Bombal
Quienes la conocieron cuentan que la dueña del palacio mágico y real con encanto del viejo mundo, fue una belleza y reina a la vez: Lucila Bombal. Ella transmitió su estilo y su legado a cada rincón del Chateau.
“La dueña del palacio mágico y real con encanto del viejo mundo es una belleza y reina: Lucila Bombal. Su belleza es atractiva, seductora y embriagadora. Su cabello rubio sedoso cae desde el broche de caparazón de tortuga a lo largo de la línea del cuello elegantemente curvada. Sus pómulos altos, ojos color zafiro y labios finamente curvados rezuman elegancia y belleza.”
Fascinaba a sus visitantes con su sofisticado acento inglés, heredado de su padre educado en Eton.
De una amplia cultura, muy interesada en la geopolítica, la literatura, transmitía su pasión por el ganado y sus cosechas, divertida y humana, adoraba a sus trabajadores.
Lucila irradiaba sofisticación gracias a su educación majestuosa y ha recibido a algunas de las personas más prominentes del mundo en su finca aquí en las afueras de Mendoza, Argentina.
UN AMOR ENTRE PAGODAS Y VIDES,
SIN FRONTERAS Y ETERNO
Lucila Bombal y Jorge Bailey se conocieron en una conferencia sobre Oriente dada por Jorge y nunca más se separaron, primero él le transmitió su pasión por esa cultura milenaria, viajaron por Japón, China y el Sudeste asiático, luego Lucila le traspasó su amor por sus tierras y su gente, así trabajaron juntos sin descanso, viendo prosperar sus plantaciones y la bodega. Juntos disfrutaron transformando el Chateau para recibir huéspedes de alto nivel, con el acento puesto en la calidad, la exclusividad e intimidad, la experiencia del entorno, sus paisajes únicos y productos locales, pero sobre todo la calidez humana tradicional de la familia Bombal.
Hoy, con Jorge Bailey a la cabeza, se reabre renovado poniendo en valor el espíritu y el gran legado siempre presente e inspirador de Lucila, con su carácter brillante, culto y refinado que queremos homenajear a cada momento y en cada rincón.
La nuestra es una historia de amor a nuestra tierra y la familia, al trabajo, al producto, a los huéspedes y a un renovado cariño por nuestro pasado y nuestro futuro, seguir haciendo lo que hicimos hasta ahora, brindarnos. Un lujo rodeado de naturaleza. Un lugar para enamorarse o para renovar los votos.